Si os preguntamos cuál es la familia de animales más mortífera del mundo, seguramente ninguno de vosotros piense en estos diminutos insectos. Pero, ¿y si os decimos que los mosquitos son transmisores de la malaria, el dengue o la fiebre amarilla? Algunas de las enfermedades infecciosas más letales en humanos, con millones de casos cada año.
Afortunadamente, para la mayoría de nosotros los mosquitos son una simple molestia —a menudo un verdadero incordio— durante los meses de más calor debido a sus recurrentes picaduras. Para que este verano los mosquitos no la tomen contigo, toma buena nota de este remedio natural: el própolis, un efectivo antiinflamatorio y cicatrizante de heridas producidas por picaduras.
Los mosquitos o zancudos —término, este último, más empleado en Latinoamérica— son los nombres coloquiales con los que designamos a una familia de insectos, los culícidos (Culicidae). Los más conocidos, como los del género Anopheles, Aedes (mosquito tigre, entre otros) o Culex, lo son por su papel como agentes portadores y transmisores (vectores) de patógenos causantes de enfermedades como la malaria, el dengue, la fiebre amarilla o la fiebre del Nilo Occidental.
Pero, además de ser vectores de enfermedades infecciosas humanas —y animales—, los mosquitos sí, «sirven para algo». Estos insectos desempeñan funciones significativas en los ecosistemas: polinización; son parte importante de la biomasa de zonas húmedas y fuente de nutrición de depredadores como aves, anfibios o peces; purifican el agua al alimentarse de microorganismos y desechos orgánicos, etc.
Própolis para las picaduras aquí
Todo apunta a que la palabra «mosquito» proviene del latín musca («mosca»), a la que se añade el diminutivo «-ito». Si bien ciertos autores mantienen que esta deriva del italiano moschetto, o pequeña flecha lanzada desde una ballesta, aludiendo a su capacidad para perforar la piel, es decir, para picarnos.
Los culícidos hembra (los machos, no) son hematófagas, esto es, se alimentan de sangre. Poseen piezas bucales tubulares llamadas probóscides que perforan la piel de los huéspedes, aves, reptiles, anfibios, algunos tipos de peces y mamíferos, entre los que nos incluimos los humanos. Requieren del aporte de proteínas de la misma para poder realizar la puesta de huevos (inicio del ciclo gonotrófico).
Nota: no todos los mosquitos hembra ingieren sangre y sus «preferencias picadoras» difieren de una especie a otra; unos pican preferentemente a aves mientras que otros, a mamíferos.
La efectividad del própolis como cicatrizante de heridas en la piel ha sido sobradamente demostrada —os lo contábamos en el anterior artículo de nuestro blog—, incluidas picaduras, quemaduras menores, eczemas, psoriasis, acné, etc. Esta sustancia natural posee varios atributos como la mejora inmunitaria, antimicrobiana, antioxidante o analgésica. Todo ello achacado en buena parte a su contenido en flavonoides, como el ácido cafeico, y compuestos fenólicos.
Beneficios del propóleo como cicatrizante
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Un factor relevante en la cicatrización de heridas cutáneas es la formación de biopelículas. Una reciente revisión de los artículos publicados al respecto entre los años 2000 y 2017 concluye que el própolis «como agente antimicrobiano puede reducir la generación de biopelículas y dar como resultado procesos acelerados de curación». También el extracto de propóleo induce la expresión de genes relacionados con antioxidantes, lo que alivia el estrés oxidativo en los tejidos de la herida. Estos efectos protectores «tienen grandes implicaciones para el uso del propóleo como un agente de curación de heridas» (estudio, estudio).
En referencia a su empleo específico en picaduras, el própolis ha sido objeto de algunas investigaciones para comprobar su utilidad en la inflamación y cicatrización de reacciones alérgicas debidas a picaduras de mosquitos. En este artículo de la University of Malta Medical School se detalla un caso en el que múltiples reacciones alérgicas cutáneas debidas a las picaduras del mosquito tigre asiático se calmaron y resolvieron rápidamente con la aplicación de própolis.
Este redujo la sensación de picor persistente y ayudó a una resolución más rápida de la inflamación en la piel afectada por la picadura del mosquito. Demostró asimismo ser efectivo al aplicarse en determinadas zonas irritadas como consecuencia de la reacción a la saliva del mosquito. «El propóleo se aplicó a 6 picaduras de mosquito sobre el mismo sujeto, produciendo un alivio sintomático casi inmediato y una reducción visible de la hinchazón y enrojecimiento de las lesiones cutáneas durante las primeras horas en comparación con una lesión vecina no tratada con propóleos».
Dos (de las seis) lesiones antes y con propóleos aplicados. Fuente: http://www.um.edu.mt/umms/mmj/showpdf.php?article=381
Lesiones 2 y 3 horas después del tratamiento. Fuente: http://www.um.edu.mt/umms/mmj/showpdf.php?article=381
El propóleo ha demostrado ser un excelente remedio natural para el tratamiento de picaduras de mosquito y otros insectos. El Ungüento ecológico de própolis Propol-mel es una pomada regeneradora dérmica útil para la irritación, el picor y la inflamación de la piel provocados por picaduras, así como para la cicatrización de la herida o lesión asociada.
Nuestro ungüento contiene un 10 % de propóleo puro que infusionamos en aceite de oliva, aceite de almendras, aceite esencial de incienso y cera de abejas; todos ingredientes 100 % naturales. Se trata además de un producto indicado para otros problemas cutáneos como quemaduras, eczemas, psoriasis, dermatitis, acné, forúnculos, hongos, hemorroides, fístulas anales, prurito, grietas en pies y manos, piel deteriorada, etc.
Este verano, llévalo siempre a mano.
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Un comentario
Muy interesante y amplié mi conocimiento sobre este producto de las abejas. Muchas gracias.