Unos simples zapatos pueden arruinarnos el día. Todos hemos comprobado en alguna ocasión la escabechina que en nuestros pies son capaces de provocar unas zapatillas, unas incómodas botas o unas sandalias recién estrenadas: irritación, inflamación, heridas, ampollas y antiestéticas durezas.
Si vas de viaje y tienes previsto patearte toda la ciudad o tus pies están con rozaduras tras una jornada de senderismo, el própolis puede serte de gran alivio. Esta sustancia natural hidrata, previene y cura las rozaduras causadas por el calzado.
Con própolis, ¡camina sin fin! y que una simple rozadura no te arruine el viaje o las vacaciones…
Los infravalorados pies
Los pies son esas estructuras anatómicas inferiores que llevan el peso de nuestro cuerpo y permiten la locomoción, es decir, movernos de un lado a otro. Pie y tobillo se componen de 26 huesos, 33 articulaciones y aproximadamente 100 músculos, tendones y ligamentos.
Te sorprendería saber las muchas patologías y enfermedades que existen asociadas a ellos: pie plano, pie equino, dedos en garra, pie diabético, neuroma de Morton, fascitis plantar, enfermedad de Freiberg, enfermedad de Köhler, y un largo etcétera.
Pero a pesar de ello y del enorme esfuerzo que soportan a diario, nuestros pies suelen ser los grandes olvidados.
Própolis para curar rozaduras y otras lesiones de los pies
Nuestros pies están sometidos al constante roce del calzado, lo que puede acabar ocasionando inflamación, pequeñas heridas, ampollas y durezas en la capa superficial o externa de la piel (epidermis).
Estas últimas, las durezas —callos o hiperqueratosis—, son de hecho un mecanismo de defensa de nuestra piel, que acumula queratina (proteína protectora) en respuesta a una sobrecarga y fricción excesiva. Su resultante engrosamiento la protege del roce, la presión y la irritación. Es lo que sucede también en las manos de personas que trabajan con ellas de manera habitual.
El própolis ayuda tanto a prevenir rozaduras, mediante la hidratación y nutrición de la piel, como a curarlas, estimulando el proceso de regeneración de la misma.
Vamos a verlo con más detalle…
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Prevención de heridas y ampollas: hidratación, el primer paso
Hidratar bien es un modo de evitar la sequedad, descamación e irritación de la piel de nuestros pies, y prevenir así la aparición de heridas y otras afecciones debidas al roce del calzado.
Las cremas, lociones y ungüentos tópicos con própolis disminuyen la pérdida de agua de la piel y aumentan por tanto su hidratación.
De este modo impedimos o reducimos el riesgo de posibles grietas, rozaduras, ampollas, durezas o callos.
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Cura y cicatrización
El mecanismo de curación del propóleo se debe a los efectos sinérgicos entre sus componentes químicos y sus actividades antioxidante, antiinflamatoria y antibacteriana.
Uno de estos componentes es el ácido cafeico, con una fuerte actividad antiinflamatoria al inhibir la producción de óxido nítrico. Así lo establece este estudio del Instituto de Biociências en Brasil, que concluye:
«El propóleo ejerció una acción antioxidante y antiinflamatoria y el ácido cafeico puede estar involucrado en sus efectos inhibidores sobre la producción de NO […] lo que sugiere su uso como fuente natural de medicamentos antiinflamatorios seguros».
Por su parte, la actividad antibacteriana del propóleo, relacionada con su contenido en polifenoles y flavonoides, se ha estudiado contra un amplio espectro de bacterias, levaduras y microorganismos resistentes a antibióticos. Compuestos específicos como rutina, quercetina y naringenina ejercen un importante papel.
El propóleo actúa además «en unión» con antibióticos sintéticos, lo que lleva a una mejora de los efectos antimicrobianos y puede contribuir a reducir la administración de fármacos (estudio, estudio, estudio).
Otras muchas investigaciones corroboran los beneficios del própolis en la curación de heridas menores, como son las rozaduras o ampollas provocadas por el calzado. Esta reciente revisión de las terapias tradicionales para la cicatrización de heridas en la piel detalla la actividad terapéutica y los mecanismos de acción de algunos compuestos de origen natural como la miel o el própolis.
Terapias tradicionales para la cicatrización de heridas en la piel.
Las terapias y compuestos tradicionales se usan en diferentes fases del proceso de curación, estimulando la regeneración de la piel. Los compuestos derivados de animales, miel y própolis, actúan reduciendo la inflamación, nutriendo la piel, desbridando la herida y promocionando su curación. Fuente: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27134765.
Puedes leer más en 10 beneficios de emplear propóleo como cicatrizante.
Hidrata tu piel, ¡toda ella!, sin olvidar los pies.
La Crema regeneradora de manos y pies Propol-mel, elaborada con própolis, manteca de karité y aceites esenciales vegetales, hidrata, nutre y protege manos, codos, rodillas y pies.
El karité recubre la piel con una fina película protectora que evita la deshidratación y la preserva de agresiones externas.
Este verano, cuida tus pies ante rozaduras por largas caminatas o ampollas por el roce de los zapatos con nuestro cicatrizante natural: el Ungüento de própolis ecológico. Una pomada regeneradora dérmica indicada para todo tipo de problemas cutáneos, incluyendo irritación, inflamaciones, heridas o grietas en manos y pies.
Un comentario
Efectivamente, hay que mantenerlos hidratados. Pero también es verdad que hay que seleccionar correctamente el calzado. Estamos acostumbrados a comprar los zapatos demasiado grandes para «estar cómodos» y al final los pies bailan dentro.