Puede suceder que tu piel sea, de por sí, seca y tienda a la deshidratación o que se deshidrate y reseque por una causa puntual. En estos tiempos de pandemia, todos en mayor o menor medida estamos sufriendo este problema debido a la constante aplicación de los geles desinfectantes.
VER TAMBIÉN: Cómo saber cuál es tu tipo de piel y cómo cuidarla
Razón por la que hemos querido dedicar un artículo de nuestro blog a hablarte de la piel deshidratada, de por qué ocurre exactamente, qué hacer y cómo evitar esta afección. Con especial hincapié en nuestras, ahora maltratadas, manos.
¿Piel seca o momentáneamente deshidratada?
¿Tu piel se ve normalmente opaca, agrietada y se deshidrata con facilidad? Entonces tienes la piel seca, lo que en términos médicos se conoce como xerosis y que te describíamos en este otro post sobre la mejor crema facial para piel seca. Este tipo de pieles poseen un aspecto áspero y descamado, frágil, son susceptibles a los factores ambientales externos y reaccionan irritándose.
O bien puede ocurrir que tu piel se deshidrate y reseque puntualmente por causas, recordemos, como estas:
- La edad (envejecimiento cutáneo).
- Una dieta inadecuada (desnutrición).
- Diaforesis, o sudoración abundante.
- Trastornos cutáneos, lesiones, quemaduras o infecciones que afectan a su nivel de hidratación.
- Climas fríos y cambios bruscos de temperatura.
- Otros factores ambientales como sol, viento, tabaco o polución.
- Los aires acondicionados.
- El exceso de higiene con uso de cosméticos u otros productos agresivos.
- Ciertos fármacos tópicos u orales.
Deshidratación cutánea = pérdida de agua + lípidos. Consecuencias
En cualquier caso, nuestra piel se deshidrata no solo por la pérdida de agua —pérdida de agua transepidérmica o TEWL, por sus siglas en inglés— sino también por la de lípidos o aceites presentes en ella de manera natural. Estos lípidos (ceramidas, ácidos grasos, fosfolípidos) favorecen la retención del agua manteniendo la función de barrera y elasticidad de la piel.
Es lo que se llama factor de hidratación natural o factor humectante natural (FHN). Más detalles sobre este proceso en este artículo.
De perpetuarse, esta deshidratación o merma de agua más lípidos naturales puede derivar en:
- Dermis áspera y escamosa
- Grietas
- Prurito (picor)
- Úlceras
- Dermatitis
- Eccemas (enrojecimiento, lesiones inflamatorias y picazón)
- Psoriasis
Nota: Algunos ingredientes de la cosmética convencional pueden agravar el problema de deshidratación y sequedad al destruir esa capa lipídica protectora natural de nuestra piel.
¿Cómo evitar la deshidratación? Aliados naturales de tu piel
Son grandes aliados de la piel deshidratada:
- La manteca de karité. Una sustancia grasa vegetal que se obtiene de los frutos (nueces) del árbol Vitellaria paradoxa, conocida sobre todo por sus propiedades hidratantes y humectantes. Esto es, retiene, absorbe y restaura el agua de la epidermis.
La crema hidratante de manos con karité ayuda, pues, a conservar o recobrar el FHN.
El karité, por su consistencia grasa, actúa recubriendo la piel con una película protectora invisible que evita la deshidratación y la protege de las agresiones externas (sol, cambios de temperatura, contaminación…). Más beneficios de la manteca de Karité aquí.
- El própolis. Este producto natural de la colmena e ingrediente en base de nuestros productos ha demostrado ser de gran ayuda en casos de dermatitis atópica, eccema o psoriasis. El própolis en crema reduce la sequedad extrema, el enrojecimiento y el prurito, y favorece la curación de erupciones escamosas.
Disminuye además la inflamación y aumenta el contenido de colágeno, entre otras acciones que promueven la cicatrización de heridas cutáneas y grietas consecuencia de la deshidratación cutánea.
Más beneficios del propóleo en la piel deshidratada y seca aquí.
- Los aceites vegetales. Como el de oliva, rosa mosqueta, el tan «especial» aceite de jojoba o el «superhidratante» aceite de almendras dulces, debido a su alto contenido en ácidos grasos que actúan a modo de filtro reteniendo la humedad y los lípidos, y protegiendo la piel de los efectos de la exposición a la radiación UV o el viento.
Estos aceites naturales son, por tanto, agentes humectantes; actúan sobre el FHN reduciendo la pérdida de agua y suavizando la piel.
Hidratan en profundidad y, aunque funcionan de modo eficaz en todo tipo de pieles, resultan especialmente beneficiosos en las deshidratadas y resecas.
5 tips para combatir la deshidratación
Aquí tienes cinco sencillos trucos para prevenir o combatir la deshidratación y sequedad cutáneas:
- En lo referente a tus manos, reduce en la medida de lo posible la exposición al agua (la evaporación agrava la sequedad) y emplea agua corriente en lugar de sumergirlas.
- Usa agua fría o tibia; el agua caliente reseca la piel.
- Si hay descamación, aplica crema hidrante generosa y repetidamente.
- En el cuerpo, aplica loción hidratante corporal inmediatamente después de la ducha, con la piel aún húmeda.
- En zonas «complicadas», especialmente deshidratadas y deterioradas como codos, rodillas o talones, además de crema hidratante o loción puedes aplicar ungüento de própolis a modo de pomada regeneradora dérmica.
Escrito por Elisabeth Lahoz
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