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Al igual que sucede con la piel, nuestro pelo puede ser seco o graso, normal o mixto. Aunque las estaciones del año y la climatología, el uso excesivo de secadores y planchas, champús demasiado fuertes, productos químicos como tintes y fijadores e incluso el estrés pueden hacer que pase por diferentes fases.

Si se ve apagado, encrespado, las puntas están claramente resecas y abiertas, sin duda tu pelo necesita hidratación y nutrición. Comprobaremos cómo el propóleo y el uso de un champú a base de este y otros ingredientes naturales, como el aceite de jojoba, almendras u oliva, pueden beneficiar al cabello seco. Además, ¡te mostramos algunos trucos extra para acabar con la sequedad!

¿Por qué mi pelo está seco? Tipos de cabello

El pelo o cabello es un filamento queratinizado que emerge del folículo piloso. ¿Qué es eso de «queratinizado»? Que está constituido por queratina, una proteína fibrosa rica en azufre, responsable de su elasticidad, resistencia y porosidad. Dentro de los folículos de los que surge cada pelo encontramos las glándulas sebáceas.

Las glándulas sebáceas son las que sintetizan la sustancia grasa conocida como sebo, que lubrica la superficie del cabello. En función de la emulsión epicutánea producida, incluido el sebo, nuestro pelo será seco o más bien graso, normal o mixto —clasificación muy similar a la de la piel, que veíamos en el anterior artículo—. Tenemos pues:

  • Cabello normal: de aspecto brillante y suave al tacto. La emulsión epicutánea está equilibrada.
  • Cabello seco: en el tipo de cabello que aquí tratamos, la emulsión epicutánea contiene poca agua y grasa. Como consecuencia, es quebradizo y áspero.
  • Cabello graso: elevado contenido en grasa y, por lo tanto, aspecto graso y brillante.
  • Cabello mixto: en un punto intermedio entre seco y graso. Las raíces presentan más cantidad de grasa mientras que las puntas suelen estar resecas.

En el cabello seco, las puntas tienden a abrirse debido a la sequedad. Otra característica radica en sus propiedades eléctricas: el pelo seco no es un buen conductor de la electricidad, muestra una elevada resistencia eléctrica; al peinarlo o cepillarlo, los pelos acumulan electricidad estática y se repelen entre sí. El resultado es en definitiva un cabello apagado, falto de brillo, y encrespado.

Cabello seco y champú natural con própolis

Los productos químicos que contienen los champús convencionales, los sulfatos, parabenos y siliconas, pueden agravar el problema, provocar más sequedad. Es conveniente usar champús con ingredientes naturales; los aceites de jojoba, almendras u oliva son grandes aliados del cabello seco.

Dentro de ellos, el de jojoba es el más interesante ya que sus ceramidas se asemejan mucho a la grasa de nuestras membranas celulares. Equivalente solo encontraríamos la lanolina (cera natural producida por las glándulas sebáceas de algunos mamíferos, especialmente ovejas), pero está muy en desuso al ser de origen animal.

También el pH es un aspecto a tener en cuenta. Los cambios en el mismo pueden dañar nuestro pelo: cuando la fibra capilar se somete a soluciones alcalinas o ácidas extremas, se debilita. Por lo que es importante utilizar un champú de pH neutro. Lograrás una mayor retención de agua y, por ende, menor sequedad, picor y rotura, y una mejor conservación de los lípidos o aceites naturales del cabello.

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Un problema común asociado al cabello seco es la caspa. Aunque esta suele más bien deberse a glándulas sebáceas sobrerreactivas (seborrea o dermatitis seborreica) —del cabello graso y la caspa hablaremos un poco más adelante en el blog—; también a psoriasis (enfermedad inflamatoria crónica), factores genéticos, mala nutrición, alergias a alimentos, transpiración excesiva, productos químicos y estrés.

Si bien la causa más habitual de la aparición de caspa es la micosis, es decir, los hongos. El principal responsable es el hongo Malassezia furfur, pero pueden asimismo participar otros hongos y bacterias. Este hongo metaboliza la grasa humana; cuando crece demasiado rápido, se altera la renovación natural de las células y surge picazón.

El propóleo es eficaz en alteraciones del cuero cabelludo como la caspa. Por sus propiedades antibacterianas y antimicóticas, este ingrediente natural es efectivo contra microorganismos que puedan alterar y desequilibrar la renovación celular normal y la emulsión epicutánea (contenido de agua, sebo o grasa, etc.) de nuestro cuero cabelludo. El própolis queda impregnado al cabello y cuero cabelludo, se adhiere a nivel molecular, y ejerce su función.

Trucos para el cabello seco…

Si notas tu pelo reseco y apagado, puedes elaborar una mascarilla natural casera con huevo, aceite de oliva y zumo de limón. El aguacate o la miel son también excelentes aliados para hidratar, nutrir y aportar brillo a tu cabello. Aplica la mascarilla, déjala actuar durante aproximadamente 20 minutos y aclara con agua.

Asimismo, para el cabello muy seco, sugerimos frotar tras el lavado con un poco de aceite de almendras y después enjuagar solo con agua. No a todo el mundo le va bien este truco, pero merece la pena probar pues es mucho más natural que los acondicionadores (incluso los naturales). Para el día a día, recuerda: utiliza un champú natural, no agresivo con tu pelo.

Si quieres lucir un pelo bonito y sobre todo sano, el Champú de própolis natural Propol-mel, de pH neutro, regenera, hidrata y aporta brillo sin dañarlo. Es apto para todo tipo de cabellos y está indicado para las alteraciones del cuero cabelludo: grasa, caspa, irritaciones, escamaciones, etc.

Su contenido en jojoba, almendras y oliva arbequina beneficia especialmente a los cabellos secos. Además, gracias a los aceites esenciales puros, nuestro champú con propóleo tiene propiedades anímicas específicas, en concreto la lavanda calma la mente.

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